creación. Lo que se puede deducir acerca de la existencia y la naturaleza de Dios por una consideración de Sus obras, con referencia especial al hombre, se llama la «teología natural». Por ejemplo, el hecho de que observamos un plan ordenado, tanto en los astros como en la célula orgánica más insignificante, delata la presencia del Gran Arquitecto. Esta revelación de Dios en Sus obras puede ser un principio de luz, pero no nos basta, pues no revela el amor de Dios ni señala ninguna provisión para
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